Qué es el Yoga interpersonal y qué puede enseñarte en relación a ti y a otros

Sabemos que a nivel individual el yoga ha sido una herramienta para encontrar un plano más profundo de nuestro ser y revelar una dimensión más originaria. El yoga ha sido comprendido como un conjunto de técnicas que aspiran a que contactemos con lo más verdadero que hay en nosotros, ya sea lo que en los Yoga Sutras de Patanjali llaman Purusa; en las corrientes hinduistas, Atman o incluso el Anatman (no – yo) budista. Y esto puede llevarnos a pensar que la búsqueda en el yoga es algo netamente individual sin relación a otros seres o a la naturaleza.

Si profundizamos en la comprensión de la sabiduría del yoga nos damos cuenta que no hay sólo una búsqueda individual. Patanjali nos recuerda que la base del yoga la constituye la dimensión ética (yamas y niyamas), es decir, nuestra relación con otros seres. Lo mismo dirá el budismo cuando propone la ética como un entrenamiento necesario junto a la meditación y la sabiduría en la búsqueda del despertar. Hay pues una comprensión del camino espiritual que necesariamente involucra a otros en el propio camino de despertar.

El dominio de lo interpersonal encuentra su expresión en diferentes prácticas como yoga en duplas, AcroYoga, meditación y masaje. La pregunta que guía puede ser descrita de la siguiente manera: ¿cómo puedo hacer yoga con otros-otras?

Cuando otra persona entra en mi práctica se abren un gran numero de posibilidades que antes podían estar veladas. No pretendemos con esto decir que la práctica individual no tiene importancia alguna. Queremos decir más bien que al encontrar un espacio de mayor apertura a través de la practica personal podemos desarrollar una manera de expresar esta experiencia y encarnarla a través de lo interpersonal. Así mismo, la práctica interpersonal alimenta la práctica personal de diversas maneras.

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¿Cómo podemos hablar de que la práctica interpersonal alimenta nuestra práctica individual? En primer lugar tenemos la relación con otros. En ésta, nuestro ser es expuesto de maneras que no puede serlo estando en soledad. Si estamos conscientes al entrar en relación aparecerán de manera clara aspectos de nosotros mismos que antes aparecían menos claros y más sedimentados. Entonces es una gran oportunidad, si estamos conscientes y abiertos, de aprender de miedos y ansiedades, de diversas emociones y prejuicios que quizás no sabíamos que estaban.

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Yoga interpersonal y enseñanzas
Si estamos conscientes, en la práctica con otros aparecerán de manera clara aspectos de nosotros mismos que antes aparecían menos claros. Ésa es una gran oportunidad para el aprendizaje.

La Posibilidad de las Relaciones

Ver toda relación que tejemos en nuestras vidas como la posibilidad de crecer. Desde que hablamos con un desconocido hasta con ese ser que sentimos amar profundamente, las relaciones están develando constantemente nuestras virtudes y falencias, nuestros lados fuertes y débiles. Encontrar en las relaciones un camino implica estar dispuestos a escuchar nuestras reacciones, nuestros hábitos y nuestras inseguridades desde un lugar de apertura y de compasión con nosotros y nosotras mismas.

Tres virtudes ayudan a transformar las relaciones en un camino: Conciencia, coraje y compasión.

  1. Al crear conciencia de nuestros hábitos, de la manera en que reaccionamos ante diferentes situaciones, empezamos a habitar un espacio desde donde podemos observar sin reaccionar, un lugar en el cual alcanzamos una visión más clara, fluida y estable.
  2. El coraje es una cualidad de esta conciencia que utilizamos para ver nuestra experiencia interna.
  3. Por último, pero no menos importante, está la compasión que previene de convertirnos en mártires, aceptando toda situación en un fondo de amor y apreciación. A través de la compasión empezamos a desarrollar una relación más real con nosotros mismos, permitiendo el encuentro con la esencia de nuestro corazón.

“Volar: el balance entre el coraje y la escucha”

Volar implica arriesgarse a tomar nuevos horizontes. Volar en Yoga Interpersonal es la danza entre dos seres que dejan de ser dos para dar paso a una tercera forma que los mantiene como individuos pero también los incluye como parte de algo nuevo.

Hay una base, un fundamento el cual encarna el principio terrestre, principio de enraizamiento. Este principio se complementa con quien vuela, el ser danzante en los pies de la base, el ser que confía, el principio cielo. Así, la conjunción de los opuestos enmarca nuestra práctica en una danza, la danza de dar y recibir, de mantener nuestra integridad como personas pero a la vez dar el paso a confiar en algo ajeno a nosotros, algo sobre lo cual no tenemos control.

Es pues este balance el que buscamos, balance del coraje y de asumir una nueva perspectiva, con la escucha, el cuidado que tenemos de guardar nuestra integridad y la de los compañeros.

Por último, pero no menos importante, está el principio cuidador, llamado cuidante en los vuelos, que brinda un espacio de seguridad para la base y quienes vuelan. Este principio permite un espacio de seguridad en el cual se hace posible la exploración.

La actitud que sostiene nuestra práctica está basada en un equilibrio entre el esfuerzo y la entrega.

Sanación a través del contacto

Al reconocer nuestra capacidad para manifestar las cualidades de lo que somos verdaderamente, encontramos un potencial de sanación que tenemos dentro de nosotros dispuesto a fluir y expresarse en el mundo. La forma en que tocamos a las demás personas puede tener un efecto tanto positivo como negativo; por eso, antes de empezar nuestro contacto, debemos centrarnos y recordar nuestra intención de brindar lo mejor de nosotros en beneficio de otros. En el masaje tailandés se habla de la cualidad de meta o bondad amorosa, cualidad que se cultiva y expresa cada vez que practicamos. A través del masaje transmitimos con nuestras manos esta intención.

Aprendizajes del yoga interpersonal
A nivel social, Yoga Interpersonal puede ser un foco de confianza en una sociedad que cada vez insta más a sus miembros a aislarse en sí mismos. A través de estas prácticas pretendemos que las personas puedan sostener a otros y ser sostenidos, generando lazos de comunidad y cultivando la empatía.

Reflejando la condición humana

Las relaciones pueden ser vistas como espejos que reflejan nuestra propia condición humana; en las otras personas podemos ver claramente ciertos aspectos de nuestro comportamiento que nos llevan a conocernos mejor. Para poder ver reflejadas esas cualidades de nosotros en otros debemos escuchar y comunicarnos desde el corazón, un lugar donde podamos aceptar con compasión todos nuestros aspectos, incluyendo nuestras imperfecciones.

Cuando miramos a los ojos de otra persona profundamente podemos comenzar a entrar en contacto con este misterio de la existencia que nos abarca a todos por igual. Más allá de las clasificaciones que hacemos de los demás nuestro ser comienza a navegar en una conciencia que está permeándolo todo, siempre presente, sin tiempo. Las distinciones se comienzan a difuminar, por eso quizás sentimos un poco de miedo cuando otra persona nos mira intensamente, porque nos ubicamos en un límite desde el cual la vida misma se transforma.

Sostener y ser sostenido

Algunos sabemos lo difícil que es confiar. Confiar es un proceso que construimos lentamente. Muchas veces nuestra incapacidad para entregarnos reside en nuestro propio cuerpo. Y es allí, en el cuerpo, donde Yoga Interpersonal encuentra una invitación a volver a confiar. Pero sólo surge la confianza en un entorno seguro, por esto es indispensable la necesidad de una comunidad con valores y ética que permita la confianza.

A nivel social, Yoga Interpersonal puede ser un foco de confianza en una sociedad que cada vez insta más a sus miembros a aislarse en sí mismos, a protegerse. A través de estas prácticas pretendemos que las personas puedan sostener a otros y ser sostenidos, generando lazos de comunidad y cultivando la empatía entre quienes entran en el juego. La práctica pretende asimismo ser inclusiva; nuestro deseo es que todas las personas puedan practicarla.

Puedes encontrar más información aquí.

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Juan Pablo Restrepo

Lic. en Filosofia. Instructor de Yoga y de Acroyoga. Practicante de Budismo e instructor de mindfulness.
Juan Pablo es uno de los primeros profesores certificados en Acroyoga.
Desde el 2006 viaja extensivamente por Latinoamérica enseñando y plantando las semillas de comunidades en diversos países.
Está formado en Anusara yoga y en masaje Thai y Shiatsu.
Estudió distintas disciplinas físicas como artes marciales y danza contemporánea.
En 2010 comenzó sus estudios budistas con Gerardo Abboud y Tsoknyi Rinpoche. Desde entonces hace retiros anualmente con maestros de la tradición Indo – Tibetana y Zen.
Da clases de yoga, acroyoga y mindfulness en Buenos aires y enseña a mujeres y adolescentes en contexto de vulnerabilidad social en la Villa 31 en CABA.
Actualmente dirige la Formación de Yoga Interpersonal en la ciudad de Buenos Aires, la cual integra influencias de Yoga, AcroYoga y Filosofía.
Es también doctorando de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, y se encuentra realizando una investigación en torno al Budismo y su relación con Latinoamérica.

4 comentarios

  • Tuve la suerte y honor de hacer la formación de yoga interpersonal este año y fue muy enriquecedor para las clases de yoga q estoy dando
    Sobretodo en el penal en donde lo interpersonal esta tan en juego!
    Agradezco a Juan Pablo y todos los
    Maestros q nos enseñaron y mostraron este camino

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