Yoga para desintoxicar tu cuerpo

Posturas de Yoga que ayudan a desintoxicar el cuerpo

Practicar yoga, en mi opinión, es intentar situar una pausa en nuestro frecuente accionar; una forma de ponernos en contacto con nuestras sensaciones y emociones, un intentar conectarnos con el aquí y el ahora a través de la respiración y desarrollar la atención en el momento presente, objetivo principal del yoga.

En mí, sentir la práctica de yoga es “ir a través”; un viaje, un buen viaje hacia adentro, sin buscar la forma, yendo hacia mi esencia.

En esta ocasión, la propuesta de esta nota de yoga para desintoxicar tu cuerpo es que eleves tu temperatura corporal para que puedas eliminar las toxinas que se acumulan y promover la flexibilidad en el cuerpo. Así, podrás emprender ese viaje desde un cuerpo y mente despejados.

Paso a paso

  • De pie, nos sintonizamos con la respiración por la nariz. Si aparecen pensamientos, los observamos y los exhalamos de forma amorosa sin identificarnos con ellos; los dejamos pasar como pasan las nubes en el cielo.
  • Observamos el sonido de la respiración, tomando conciencia ininterrumpida de ella.
  • La mirada quieta la colocamos en un punto fijo.
  • Realizamos 3 vueltas del saludo al sol, de la técnica de yoga que estés practicando. En todos los estilos, la salutación al sol tiene retroflexiones y sus posturas van hacia arriba. Sugiero dos vueltas de Surya Namaskar A y tres de Surya Namaskar B de la serie uno de Ashtanga.
  • De pie, exhalando nos plegamos hacia adelante y hacia las piernas (Padahastasana). Llevamos las manos por debajo de los pies soltando la cabeza; de ser necesario flexionamos levemente las rodillas o las dejamos en extensión y nos tomamos de los tobillos. Tomamos 5 respiraciones largas y profundas, escuchando el sonido de la respiración. Inhalando estiramos la espalda y colocamos las manos en la cintura para volver a la posición de pie.
  • Hacemos la postura de tres apoyos (Uthita trikonasana). Abrimos los pies al doble ancho de la cadera, paralelos entre sí, cuidando que los dedos miren hacia adelante. Extendemos los brazos por igual. En la exhalación, con los dedos de las manos derecha nos tomamos el dedo pulgar del pie derecho. Giramos el pecho y la cabeza hacia arriba estirando todo el cuerpo desde el ombligo. Hacemos 5 respiraciones profundas. Inhalando subímos el cuerpo con los brazos extendidos en cruz y lo realizamos hacia el lateral izquierdo, retornando a la postura neutra de parados/das.
  • Realizamos una vuelta del saludo al sol.
  • De sentadas/dos con las piernas estiradas y juntas en el piso nos plegamos hacia el frente y hacia las piernas (Paschimottanasana). Allí donde se pueda llegar nos tomamos con las manos de los tobillos o de los dedos de los pies o colocamos las palmas de las manos junto a las plantas de los pies. Separamos el torso de la pelvis en cada inhalación y en la exhalación nos relajamos, aplanando la espalda, llevando la mirada en un punto fijo, y escuchando el sonido de la respiración.
  • Nos sentamos en Yogamudra, en la postura fácil de meditación o postura de loto, y realizamos Padmasana. Inhalando pasamos los brazos por detrás de la espalda, tomándonos la muñeca derecha con la mano izquierda, manteniendo la espalda recta. Exhalando flexionamos el tronco lentamente hacia adelante, de ser posible hacemos que la cabeza toque el piso. Durante la flexión, la espina dorsal debe mantenerse recta y la barbilla ligeramente levantada. Nos mantenemos en la postura de 5 a 6 respiraciones completas. Al inhalar de forma gradual nos enderezamos hacia arriba llevando el tronco a la posición inicial.
  • Nos sentamos en la postura fácil de meditación o con las piernas estiradas hacia adelante o en una silla dejando la espalda recta. Adoptamos una respiración lenta y rítmica donde el tiempo de la inhalación sea igual que el de la exhalación.
  • Encendemos una vela fijando la vista sobre la llama, sin permitir que los ojos se desvíen, sin tensionar, ni generar tensión. Permanecemos mirando la llama hasta que tengamos la sensación de que se grabó la imagen en nuestra mente. Luego cerramos los ojos. Si la imagen se representa vívidamente la mantenemos así, pero si la luz se nos escapa, abrimos los ojos para volver a contemplar la llama de la vela, mantenemos la relajación interna y la inmovilidad. Nos quedamos favoreciendo un momento de interiorización todo el tiempo que consideremos, nos frotamos las palmas de las manos y las apoyamos en los párpados de los ojos.
  • Relajación final: acostados/as boca arriba, soltamos desde los pies hasta la cabeza el peso de nuestro cuerpo hacia la tierra. Inhalando y con la siguiente exhalación por nariz vamos más profundo en la relajación, en la conciencia de soltar el cuerpo y, de esa manera, liberarnos de las tensiones.

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Beneficios de esta serie: Calma y equilibra el cuerpo mental y emocional, estira espalda y piernas.

Serie contraindicada en caso de: Problemas cervicales, discos vertebrales desplazados, úlcera estomacal, inflamación del nervio ciático

Que la ternura, el respeto y el amor estén siempre en nuestra práctica de yoga en nuestro camino.

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Luciana Bash

Mi nombre es Luciana. Soy Profesora de Hatha Yoga de la fundación Hastinapura en Buenos Aires, Argentina. Además, soy Profesora de Ashtanga en Ashtanga Baires. Escribo notas sobre yoga para la revista internacional Buena Salud y para diversos medios y portales digitales.
En mi experiencia, el yoga es un arte y ciencia de auto conocimiento, un estar presente en el Aquí y Ahora una conciencia de vida.

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