Yoga Sensible al Trauma: reconecta con tu cuerpo y recupera la confianza en ti mismo

Según Belén Dominguez, profesora graduada del British Wheel of Yoga (UK) y experta en Yoga Sensible al Trauma, esta terapia ayuda a fomentar nuestro sentido interno de seguridad y elección cultivando nuestra capacidad de autoconciencia y autorregulación.

El Yoga sensible al Trauma (YST) es una propuesta de abordaje somático/corporal, una forma segura para que las personas experimenten sentirse cómodas con su cuerpo desde la presencia.

A través de la experimentación con la respiración, con el asana y con el movimiento (body-fullness) intentamos conectar con el cuerpo en el momento presente. Integrando  todas nuestras partes disociadas. El trauma se asienta en el cuerpo y vive ahí. Queda encarnado en el cuerpo.

¿Qué es el trauma?

El trauma puede resultar de experiencias psicológicas y emotivas difíciles o de experiencias físicas abrumadoras o violentas. El impacto que esto conlleva puede ser inmediato, repentino o gradual a lo largo de un período de tiempo. A veces ni somos conscientes de que estamos experimentando un trauma hasta que han pasado semanas, meses o incluso años. Su marca puede ser silenciosa pero visible.

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Estrés Postraumático, respuesta psicofísica  a un evento abrumador

El estrés Post-traumático (PTSD) es una forma de desregulación psicofísica que ocurre en relación con un evento que es personalmente traumático. No todas las personas que experimentan un trauma presentan PTSD. Una comprensión sólida del PTSD es una respuesta a un evento (s) que ha abrumado la capacidad de un individuo para afrontarlo de manera marcada, lo que lleva a cambios psicológicos y fisiológicos sustanciales con características específicas.

En el trauma, los sistemas de alarma del cuerpo se encienden y se mantienen prendidos en alerta. Y experimentamos el intenso sufrimiento de nunca sentirnos realmente relajados, constantemente en guardia, con el cerebro primitivo buscando amenazas u oportunidades.

Nuestro centinela interior está siempre alerta; nuestra confianza en la rectitud de las cosas se destruye. El cuerpo se convierte en una especie de fuerza extraña. Para muchos supervivientes de traumas, el cuerpo está, en el mejor de los casos, desconectado del cuerpo y, en el peor, es un lugar volátil y peligroso.

El yoga, una práctica para controlar el miedo y la aversión

El yoga es fundamentalmente una práctica basada en el cuerpo, por lo que llegamos a un punto determinante: ¿cómo podemos hacer que esta práctica basada en el cuerpo sea accesible y tolerable cuando el cuerpo se ha convertido en el enemigo? Desde la práctica de YST sabemos que podemos intervenir intencional y sistemáticamente en los propios sistemas de alarma del cuerpo y comenzar a apagarlos. 

El yoga es una práctica destinada precisamente a abordar el sufrimiento humano y, en particular, a abordarlo en el cuerpo, donde vive. Desde el Yoga Sutras de Patanjali, uno de los libros que nos acerca al Yoga desde sus principios, establece que hay dos raíces principales en el sufrimiento.

1. Uno es el anhelo y sus efectos: codicia, apego, adicción.
2. La otra es la aversión: miedo, terror, evitación, ira, resentimiento. El trauma es un estado aversivo persistente.

Desde la práctica del Yoga aprendemos a alcanzar y apagar los interruptores que controlan el miedo, el terror y la aversión. Para comenzar sistemáticamente a restablecer la sensación de bienestar y armonía.

Cómo se aborda esta terapia

La práctica se puede abordar de diferentes maneras. Pudiendo ser una clase con pautas específicas de YST o una clase 100% focalizada en YST. Ambas requieren de un profesor que tenga las herramientas necesarias para abordar el tema.

 Hay principios que se tienen en cuenta en este abordaje:

• Se utiliza el lenguaje de la invitación y de la elección. 
• El espacio y la seguridad son sagrados.
• Se utiliza la respiración terapéutica.
• Se trabajan las posturas y técnicas de auto-regulación. 
• Las secuencias son precisas y consistentes. 
• Los ajustes no son prioridad en esta práctica.
• Se trabaja la integración de las decisiones sobre el mat.
• El énfasis está en el cuerpo en su totalidad y en la relación entre sus partes.

Las prácticas de conciencia y exploración corporal, en donde lo físico y lo sensorial se hacen presente, en las que el movimiento se combina intencionalmente con la atención a la sensación y la respiración, logran desbloquear los cuerpos, activar efectivamente las respuestas de pelea y escape, tolerar las sensaciones, hacerse amigo de sus experiencias internas y cultivar nuevos patrones de acción. 

La clave es permitir que la respiración sea una guía y que se regule a un nivel de postura que le resulte cómodo y accesible. 

El trauma sacude la confianza en uno mismo y en los demás. Las prácticas de YST ayudan a reconectar con tu cuerpo para ayudar a recuperar la confianza en uno mismo. El cuerpo nos permite abrir el camino para entrar en la mente y comenzar a sanar. 

Durante mi recorrido impartiendo clases de Yoga Sensible al Trauma, durante los últimos 10 años, he visto muchas personas desesperadas queriendo sanar. En sus propios mats se encuentran en constante incomodidad, peleas y estrés. En donde cada movimiento, cada gesto rígido expresa esa lucha profunda. En donde el cuerpo es el enemigo, pero para que vivamos esta vida ahora es necesario encontrar una manera de amigarse con él.

Yoga Sensible al Trauma ofrece herramientas para la sanación

El Yoga Sensible al Trauma es una práctica estructurada pero enfatiza la elección. Cambiar nuestra relación con nosotros mismos es un proceso lento que requiere paciencia y repetición.

Una práctica de yoga sensible al trauma puede proporcionar un enfoque estructural que ayuda a fomentar nuestro sentido interno de seguridad y elección cultivando nuestra capacidad de autoconciencia y autorregulación.

Buscar el ancla para estabilizar y conectar nuestro cuerpo en el momento presente es un recorrido que requiere presencia y compasión. Desde el Yoga Sensible al Trauma se ofrecen las herramientas necesarias para permitir la sanación y explorar lo que es vivir en tu propio cuerpo.