La práctica del yoga genera tranquilidad, relajación y salud. Sin embargo, el profesor Alejandro Chiarella nos advierte en esta nota que las lesiones pueden ser frecuentes, y nos enseña cómo evadirlas a través de la conciencia y el conocimiento.
El yoga puede ser una actividad terapéutica o traumática. Esta frase puede parecer sorprendente, ya que en general se asocia a la práctica del yoga con la relajación, salud y tranquilidad. Pero aunque estas asociaciones son correctas, las lesiones en yoga pueden ser frecuentes en algunos practicantes.
Idealmente la práctica de yoga realiza la unión de la conciencia y la postura física. Sin embargo, la extraordinaria actividad de ser conscientes de cómo nos movemos y ubicamos el cuerpo en el espacio no es tan fácil de realizar, ni tampoco ponerse en contacto con el presente y las sensaciones que aquí ocurren.
También puedes leer: Todo el potencial terapéutico de la práctica constante de Yoga
También te puede interesar:
Muchas veces los practicantes de yoga traemos a la sala nuestras ansiedades, nerviosismo, pesadez, etc. Estos disturbios ocupan mucho espacio mental, y pueden ocasionar inconciencia corporal. En esos estados de ausencia no es raro llevar a las articulaciones o los músculos más allá de sus posibilidades de movimiento. Entonces, la práctica de posturas con inconciencia corporal puede derivar en lesiones.
Cuando nos lesionamos, nos sentimos frustrados, y es frecuente buscar culpables: a las posturas en sí, al sistema de yoga, o al profesor, etc. Pero si miramos con mayor detenimiento podremos observar que, la mayoría de las veces, las lesiones en yoga se manifiestan por causas profundas en nuestra psiquis. Generalmente una lesión se manifiesta a través de la última gota que rebalsa el vaso. Un vaso que ya estaba lleno de problemas posturales, mala biomecánica, por tensión física y mental, movimientos desalineados repetidos, falta de atención, o demasiado foco en conseguir metas, etc.
¿Cómo evitar las lesiones en Yoga o en otra actividad física?
Dos factores pueden ayudarnos a evitar las lesiones: consciencia y conocimiento.
La presencia, la consciencia del cuerpo, la atención enfocada en el movimiento y posturas es una herramienta fundamental en yoga. De hecho, la gran diferencia entre ejercicios físicos en general y las posturas de yoga es la participación de la atención en el movimiento como fuente de atención.
Para poder realizarlo enfocadamente es necesario desarrollar la estabilidad de la mente, y evitar ser arrastrados por pensamientos que no estén en relación al momento presente. Total presencia, desanudándonos de las ocurrencias mentales que te instan a seguirlas.
Este desarrollo de la concentración instalará de a poco un programa de presencia, reemplazando al programa de ausencia que en general el ser humano lleva instalado. Según la filosofía de la India, esta ausencia mental del presente es acarreada a través de muchas vidas como individuos, y también en lo colectivo como humanidad. La presencia es la cura a la enfermedad de la ausencia. La presencia es la vida, la ausencia es perder la vida.
Conozcamos nuestra anatomía y su biomecánica
En segundo lugar necesitamos conocimiento del cuerpo, su anatomía y su biomecánica. Cuando desarrollamos esta consciencia del cuerpo, y utilizamos las herramientas de la anatomía y biomecánica para su conocimiento, la atención se transforma en una poderosa lupa con la que visualizamos el interior y nos movemos con inteligencia, y así podemos hacer posturas según el diseño original del cuerpo humano.
Cada articulación, cada hueso tiene una forma muy específica. A veces, cuando observamos un hueso y sus protuberancias, surcos, etc., puede darnos la sensación de que tiene un diseño caprichoso o aleatorio. Sin embargo, cada surco o protuberancia, la forma de las articulaciones, la de los ligamentos, cápsulas, tendones o músculos tiene una razón de ser.
Según su forma, podemos deducir su función. Detrás de cada forma corporal existe, sin duda, un diseño inteligente, se puede ver inteligencia tras la forma. Al estudiar la anatomía, la biomecánica, la fisiología o el cosmos no hacemos otra cosa que comprender, aunque sea un poquito, sobre la inteligencia universal.
Alinearse con el orden divino
Hay un diseño creado por un creador. Un creador que no podemos ver directamente pero que podemos inferir por sus manifestaciones, en nuestro caso, por el diseño del cuerpo. El diseño de cada articulación permite tales movimientos y no otros. Alinear el cuerpo es alinearse con el orden divino, ni más ni menos. Es colocar al cuerpo en posturas según un diseño. Por eso, al trabajar alineadamente en yoga, se produce una gran calma, relajación, claridad y paz.
También te puede interesar: Entrevista a Alejandro Chiarella “Todo profesor de yoga tiene que entender que lo que hacemos es un servicio”
Pero cuando las articulaciones diseñadas para un movimiento están restringidas por tensión o acortamiento muscular, entonces es muy frecuente recurrir a otras articulaciones que puedan suplirla, otras zonas del cuerpo que hagan el movimiento desde otro lugar.
En general, estos movimientos pierden belleza, son claramente movimientos suplentes. Moverse con articulaciones no diseñadas primordialmente para ese movimiento se denomina compensación. Y las compensaciones son mecanismos antinaturales que pueden derivar en lesión.
La lesión en yoga no es un hecho aislado, es la punta del iceberg de una serie de acciones y pensamientos que solicitan atención. Por lo que consciencia de lo que ocurre en el presente, y el conocimiento del diseño corporal y sus movimientos es una combinación efectiva para practicar yoga.
Muy interesante, siempre se bueno incorporar nuevos conocimientos. Gracias
Christina ruano