Dhyana en el budismo

Dhyana: Meditación para liberar tu mente

Afirman las antiguas enseñanzas: poco a poco tu conciencia irá despertando. Preceptos milenarios como el hinduismo y el budismo muestran el camino a seguir para la obtención de la iluminación y en ambas, la meditación Dhyana es un componente protagónico, ya que se configura en un paso imprescindible en la senda de la autorrealización. Independientemente de que esté relacionado con el hinduismo, budismo o cualquier otra enseñanza oriental u occidental, el propósito final de toda doctrina o religión, es llevar al individuo a una comunión radiante con la divinidad universal.

Dhyana en el Yoga

De acuerdo al Ashtanga Yoga, la meditación Dhyana es el séptimo paso o escalón en la escalera que lleva a la plenitud y es la antesala a la anhelada consecución del Samadhi, estado de totalidad en que se logra la autorrealización o iluminación. De acuerdo a la milenaria doctrina hindú, este camino requiere la superación de ocho etapas, estas son:

  • Yama: relacionada a los principios éticos y reglas para vivir en sociedad.
  • Niyama: tiene que ver con las disciplinas individuales y actitudes hacia uno mismo.
  • Asana: son un conjunto de posiciones físicas específicas del cuerpo. Ver.
  • Pranayama: se refiere al control de la respiración. Ver.
  • Prathyahara: es la etapa donde se desarrolla la restricción de los sentidos.
  • Dharana: está relacionada con la perfección de la concentración.
  • Dhyana: etapa concerniente a la alcance de estados elevados de meditación.
  • Samadhi: absorción total, comprensión plena del ser y del universo. Ver.

Por similares que parezcan, no se deben confundir los términos, concentración con meditación. Todos necesitamos de la concentración para comprender, asimilar y aplicar cualquier tipo de información o conocimiento. El yoga hace una diferenciación clara: la concentración (Dharana) sexto paso del Ashtanga Yoga, se refiere al sostenimiento. Implica enfocar la mente en un objeto externo o un punto interno de manera continua y sin interrupciones. Mientras que la meditación (Dhyana), séptimo paso del yoga de ocho ramas, se refiere a liberar la mente, trascender la experiencia ordinaria y existir en un plano más alto que el de la razón. De este modo, Dharana (concentración) estabiliza la mente, mientras que Dhyana (meditación) hace olvidar el cuerpo y el mundo. Dharana y Dhyana son dos preceptos que están en diferentes niveles y queda claro que se requiere de concentración para poder meditar.

Meditacion Dhyana
Meditacion Dhyana

La meditación no es algo fácil de practicar; concentrar y controlar la mente no es algo trivial. Por el contrario, aquél que logra dominar su mente es alguien que es capaz de todo. En el acto de meditación se puede contar con la ayuda de apoyos como la recitación de mantras o la visualización en una imagen; sin embargo, debe aclararse que la meditación como técnica, no es más que una acción que se aprende y se practica; la meditación Dhyana se refiere a una etapa más profunda y elevada del acto de meditar. Dhyana es un estado que debe alcanzarse y no una actividad física o mental. Así como la concentración es un paso previo a la meditación, la meditación es un paso previo al Dhyana, ya que éste es un nivel supremo, un estado de la mente en el que no existen objetos ni pensamientos sensoriales, es el preludio para el estado más codiciado: el Samadhi o la iluminación del ser.

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Importancia del Pranayama

Se puede meditar de manera objetiva y subjetiva; en el primer caso, se fija la atención sobre un ídolo o imagen y se le debe apreciar como un ser vivo que vibra con realidad suprema, omnipresente, omnisciente y omnipotente; se debe ser capaz de percibir y sentir sus cualidades, su belleza y su divinidad. Meditar es un acto que requiere de relajación e introspección, para lograr la meditación subjetiva se centra la atención en lo interno, a la vez que se busca tranquilizar el parloteo constante que se tiene en la mente; la principal manera de meditar subjetivamente es enfocando la mente en la respiración, practicando lo que en yoga se conoce como Pranayama.

El Pranayama es una acción purificadora por excelencia, brinda pulcritud y exalta la luz del conocimiento. El proceso de control de la respiración es una práctica esencial en la milenaria tradición yoga. Al dominar el acto de respirar se controla de manera eficiente los diferentes movimientos del cuerpo y las diferentes corrientes nerviosas que se producen a través del organismo. Por medio de esta práctica, se logra controlar y desarrollar no sólo el cuerpo, sino la mente y el alma, logrando armonizar conscientemente la vida individual con la vida cósmica. La respiración controlada por el pensamiento a voluntad, es una fuerza que se puede utilizar para el desarrollo integral y se configura en una técnica que facilita la concentración, induce a la meditación y logra la superación.

Se conoce como Prana a las fuerzas vitales del cuerpo; por tanto Pranayama es el control sobre las corrientes de vida o fuerza vital interior. En otras palabras, si se puede controlar el Prana se puede regular por completo todas las fuerzas físicas, mentales y universales. Pranayama es el control perfecto de la vida a través del dominio de la respiración. De esta manera, se configura en una valiosa herramienta para lograr la meditación Dhyana.

 La meditación (Dhyana) se refiere a liberar la mente, trascender la experiencia ordinaria y existir en un plano más alto que el de la razón.
La meditación (Dhyana) se refiere a liberar la mente, trascender la experiencia ordinaria y existir en un plano más alto que el de la razón.

Dhyana en el budismo

En analogía al hinduismo, los seguidores del budismo, reconocen que la meditación Dhyana tiene un rol sobresaliente, al ser uno de los componentes que integran el camino de la iluminación. De acuerdo a la enseñanza budista, una mente que se encuentra concentrada, purificada, brillante, intachable, libre de imperfección, maleable, manejable y estable, alcanza la imperturbabilidad y reconoce los verdaderos conocimientos que dan origen a un increíble avance de la conciencia. En las pautas del Buda Gautama, para alcanzar la plenitud del ser, se debe seguir el noble camino óctuple. Las etapas que conforman la senda budista en busca de la liberación son:

  1. La compresión perfecta: se refiere al entendimiento de las nobles verdades del budismo:
    • Entender que existe el sufrimiento.
    • Entender que el deseo es el origen del sufrimiento.
    • Entender que el cese del deseo extermina el sufrimiento.
  2. La emoción perfecta:  en esta etapa se asume la voluntad de practicar el budismo, se asume la intención de mantener un comportamiento éticamente correcto:
    • Renunciar a la vida mundana.
    • Actuar de buena fe.
    • Tener respeto absoluto a la integridad de todos los organismos vivientes.
  3. El habla perfecto: tiene que ver con la corrección de la palabra, el cultivo de la veracidad y la abstención de alteraciones en la expresión, asumiendo:
    • Evitar mentir.
    • Evitar la calumnia o difamación.
    • Evitar el irrespeto.
    • Evitar la frivolidad.
  4. La acción perfecta: se entiende como asumir un estilo de vida ejemplar, alejando las conductas inmorales o indeseables:
    • Abstenerse de quitar la vida.
    • Abstenerse de robar.
    • Inhibirse de tener conductas sexuales inapropiadas.
  5. La subsistencia perfecta: se refiere al medio de ganarse la vida; quien sigue el camino del desarrollo integral debe inhibirse de:
    • Traficar con personas o animales.
    • La venta o fabricación de armas.
    • La venta o fabricación de drogas y venenos.
    • Predecir el futuro, entre otros.
  6. El esfuerzo perfecto: a partir de esta etapa el desarrollo se enfoca en el control de la mente. En este nivel se induce la predisposición de pensamientos positivos y se insta a:
    • Prevenir la aparición de estados mentales inservibles.
    • Eliminar los estados mentales inservibles ya adquiridos.
    • Desarrollar estados mentales hábiles no surgidos.
    • Mantener estados mentales hábiles ya desarrollados.
  7. La atención perfecta: tiene que ver con la autoconciencia y procura controlar la distracción, perfeccionar la concentración, evitar la falta de continuidad de propósito por medio de una atención consiente de:
    • Las cosas.
    • Uno mismo.
    • Los demás.
    • La realidad.
  8. La concentración, meditación o absorción perfecta: etapa final del camino óctuple; es donde la meditación Dhyana aparece y se relaciona con  alcanzar un estado de concentración meditativa que trae sosiego, quietud y realizaciones espirituales. En la doctrina budista, alcanzar esta sabiduría pasa por experimentar cuatro Dhyanas:
    • Primer Dhyana (piti y sukha): es un nivel de meditación donde se alcanza el éxtasis y la felicidad derivados del desarraigo y del pensamiento discursivo.
    • Segundo Dhyana (dutiyajjhana): es aquí donde se tranquiliza y se relaja la mente gracias a la concentración en la conciencia propia.
    • Tercer Dhyana (tatiyajjhana): una vez desvanecido el éxtasis, surge la ecuanimidad, la atención, la conciencia y la contemplación elevada.
    • Cuarto Dhyana (catutthajjhana): es cuando se alcanza el estado del ser establecido en la realidad, en el que las experiencias sensoriales y las cosas materiales no significan nada; donde no existe deseo por ningún tipo de existencia condicionada y en el que no hay verdadero interés por nada que no sea la Iluminación. Es la absorción perfecta de todas las enseñanzas y sabidurías, la unión del ser con la divinidad.
Dhyana en el budismo
Dhyana en el budismo

Una vez alcanzado este estado de budeidad o iluminación, se ha concluido el recorrido del noble camino óctuple; se ha logrado la meta de superar la totalidad del proceso evolutivo superior, en donde la meditación o concentración meditativa conocida como Dhyana, tiene un papel trascendental por ser el vehículo que lleva al encuentro de la verdad universal.

Ciertamente lograr estos profundos estados meditativos es una labor ardua, compleja, laboriosa y enigmática; el Buda mismo, a pesar de su sabiduría destacada y elevada, necesitó años de práctica. Luego de alcanzar la iluminación, siguió practicando la meditación profunda Dhyana hasta el fin de sus días en este plano existencial. Sin embargo, la iluminación está al alcance de todos y sólo requiere tener la voluntad para asumir los retos, cambios y evoluciones que implica tan esclarecedora búsqueda.

Aunque meditar es una práctica milenaria en las culturas orientales, en la civilización occidental es de reciente aplicación y tiende a ser vista como una simple técnica para liberarse del estrés causado por las actividades diarias, desechando el verdadero valor que tiene. Las técnicas místicas que elevan a las personas a niveles superiores en doctrinas orientales como el hinduismo y el budismo, encuentran en la meditación profunda, conocida como Dhyana, una esencia de naturaleza trascendental, que sirve de vehículo para el desarrollo de la conciencia personal.

Sin embargo, para disfrutar de los beneficios de la meditación profunda no es necesario convertirse a ninguna religión o filosofía diferente, si se combina la meditación con la práctica de actividades saludables, procurando hábitos que conecten con lo interior y llevando una vida éticamente correcta, con seguridad se logrará expandir el desarrollo individual y espiritual propio de todo ser humano.

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15 comentarios

  • Maravillosa información sobre una tecnica de meditacion tambien maravillosa, la conoci en un viaje, la incorporé a mi vida y me ha traido grandes beneficios en el manejo de estres y ansiedad, estados de animo, manejo de emociones, etc. Que a suvez me permitieron no solo ser mejor persona, sino tambien relacionarme mejor, y tener consecuencias positivas en lo laboral y en lo personal en mis relaciones con amistades y familia

  • Gracias por comparir tan valiosa información que beneficia a much@s, les animo a seguir haciendolo, pero quiero hacer una observación, me parece que equiparan al 4to dhyana con la iluminacion de ser así estoy en desacuerdo pues a mi entender el 4to dhyana es el último peldaño que se debe alcanzar para poder recién despertar a la verdad última pero no es la iluminación en sí misma.
    En resumen alcanzarlo no equivale a que la búsqueda terminó, todavía hay trabajo que hacer.
    Así lo entiendo basado en la lectura del sutra: MN 36 Gran discurso con Saccaka (Mahasaccaka sutra)
    Nuevamente motivarles a que sigan ayudando a los demás con su blog divulgando la meditación y temas relacionados y felicitarles por su labor.

  • Me gusto mucho la información, da mas sentido a la práctica de la meditación. Estoy muy inquieta por conocer mas sobre el yoga, hace poco empece a practicarlo y me hace sentir viva. Muchas gracias excelente información

    • Hola Beatriz! Nos alegra que hayas dado el primer paso. Muchas veces animarse a entrar en el mundo del yoga puede ser lo más díficil. Pero tal como te pasa, a la larga uno se apasiona por conocer más y más. Esperamos que sigas leyendo nuestros artículos y te agradecemos tu comentario.

    • Gracias por dejarnos tu comentario, Virginia. Nos alegra que te haya gustado la nota.

  • La disciplina del Yoga es maravillosa, meditando siento salir de mi cuerpo y observarme, meditar agudiza mis sentidos espirituales. Me renueva.

  • Desde un tiempo -hará 3 meses- apenas me levanto hago ashtanga 6 o 9 saludos al sol en total y después de shavasana “intento” meditar unos minutos. La verdad, me cambia el día, todo se vuelve más calmo y presente; pienso con más claridad y menos ansiedad o stress.
    Gracias por estas notas 😉
    Beatriz.

    • Un hábito fantástico, Beatriz! Son impresionantes los beneficios de dedicar solo unos minutos al día a la meditación. Gracias por tu comentario.

    • Muchas gracias, Lucy! Nos alegra que nuestros artículos te sirvan para seguir aprendiendo.

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