Consejos desde la experiencia para realizar posturas invertidas

Para muchos, la práctica de Asanas Invertidas puede parecer inalcanzable. El sólo pensar en invertir la posición natural del cuerpo llena de temor a algunos practicantes (sean principantes o no), llevándolos a obviar totalmente estas posturas.

Nuestra autora invitada, Flor Mompo (@yogaflor), nos habla desde la experiencia. También ella sintió ese terror a la hora de invertir sin contar con una pared que sirviera como apoyo físico y psicológico, pero su relato es fiel testimonio de que, en el momento apropiado y con la preparación adecuada, las asanas de inversión pueden dominarse.

Hoy, Flor dicta Workshops y talleres para ayudar a otras personas a ganar la confianza y la preparación física que este tipo de posturas requiere. En este artículo nos cuenta su historia y, para terminar, nos regala algunos consejos para practicar asanas invertidas, tomados de lo que ella misma aprendió en el camino.

Hablemos de Asanas Invertidas

Me acuerdo cuando, años atrás, mi maestro me dijo que hiciera el paro de cabeza en el medio del salón y sin la pared cerca. Literalmente entre en pánico. Mi mente no me dejaba en paz y me ponía imágenes muy desalentadoras, me transpiraban las manos y mi cuerpo estaba totalmente paralizado.

Por supuesto, no lo pude hacer. Me sentí muy frustrada hasta el punto en que llegue a pensar que nunca podría lograr hacer una invertida sin la pared por detrás.

Descarté por años este tipo de asanas. No sólo de mi practica personal, sino que tampoco las enseñaba. Después de que nació Mia, mi hija, que hoy tiene 5 años, empecé a tener la necesidad de que mi practica tomara un nuevo rumbo. Me sentía un poco estancada. Por esta razón empece a ampliar mis horizontes explorando asanas que nunca había probado.

Debido al embarazo, sentí la necesidad de fortalecer mi cuerpo, empece a incluir asanas de fuerza, asanas de equilibrio de brazos, chaturangas, planchas, etc y ademas aumente la frecuencia de mi practica también.

Un buen día, sentí la necesidad de abrir aquel arcón de los recuerdos donde había depositado las asanas invertidas y ahí comencé a amigarme con ellas.

A diferencia de la primera experiencia, esta vez fue mucho mejor; algo había cambiado, y ya las reacciones mentales como las físicas, eran distintas.

Aún recuerdo cuando vi por primera vez un paro de manos: me deslumbró, y rápidamente se convirtió en una motivación poder lograrlo algún día.

Me la pasaba saltando, al principio siempre con la pared detrás, sosteniendo mi psiquis. Pared que veía, pared que usaba para invertirme. Eso hizo que mis brazos empiecen a ser cada vez mas fuertes.

Empecé a sentirme mucho mas segura y a probar diferentes variantes: piernas separadas, juntas, proyectando talones o extendiendo los empeines. Explorando me di cuenta que era super importante controlar la asana desde el centro (osea, abdomen , glúteos y costillas).

A medida que fue consciente de eso, me empezó a resultar cada vez mas accesible, hasta el punto en que la pared ya no fue tan necesaria. Mi mente creo que una “pared imaginaria” cuando comencé a controlar todo el cuerpo, desde las manos hasta la puntas de los dedos de los pies. Incluso las caídas eran mas controladas. Una vez que me sentí segura, avancé hacia otras variantes, que en mi caso fueron mas desafiantes, por ejemplo la pincha mayurasana, paro de antebrazos y a encarar diferentes transiciones, entradas y salidas de las posturas.

Consejos desde la experiencia

Siempre que me piden consejos a la hora de empezar con la practica de invertidas les cuento mi historia y mi propio camino.

No significa que sea una regla general para todos, solo es mi experiencia, pero si hay algunas cosas que deberías tener en mente para que tu camino sea mas placentero:

• ¡No te apures! No gastes tanta energía saltando todo el día; creá una estrategia que te resulte efectiva. Fijate donde necesitás mas apoyo.
• Vas a necesitar mucha paciencia. Te vas a caer mil veces, las mismas que te vas a tener que levantar. Construir un cuerpo apto para que no haya lesiones y para que realmente puedas disfrutar de estas asanas, requiere de paciencia y tiempo.
• Tené presente que tener miedo en estas asanas es natural y hasta esta bien sentirlo, ya que el miedo frena y cierto freno viene bien para evitar malos momentos, como colapsos o caídas bruscas. Recordá que nuestra posición natural no es con los pies para arriba.
• Mantene tu práctica constante y frecuente: tu cuerpo necesita ser fuerte y estable, sutil y suave al mismo tiempo.
• ¿Cuales son las asanas que ayudan a lograr que te inviertas? ¡La respuesta es TODAS! Todas las asanas te van a ayudar a que te puedas invertir. Vas a necesitar equilibrio, concentración, apertura, fuerza, relajación, etc, etc. Asi que no descartes nada, sumá todos los aspectos que tu practica te brinda.
• Vas a tener que manejar tu frustración. Muchas veces vas a desistir. Eso no es malo; todo tiene su momento… y estas asanas lo necesitan, no sólo físicamente, sino también mentalmente. Necesitás ganar confianza y consciencia corporal.
• Cuidá tu cuerpo, no lo fuerces. No hay que demostrarle nada a nadie, nadie nos toma el tiempo, cada uno recorre su camino.

Y por ultimo, quizá este sea el consejo que mas me gusta dar: ¡Disfrútalo! Es una práctica que te puede sorprender desde muchos lugares. No sólo sientas satisfacción cuando logres una asana invertida, sentí satisfacción de vos mismo por estar intentándolo. Quizás lo logres o quizás no; no importa. No sos mejor yogui si te paras de manos o de antebrazos.

Mantené tu humildad, es clave. Abrazá con amor todos los aspectos de tu practica, hacela a la medida de tus necesidades. Tu cuerpo y mente te lo van a agradecer.

Namaste, Flor