En principio, es importante saber que la tristeza es una emoción y, por lo tanto, es un impulso energético que provoca un cambio fisiológico en el cuerpo: genera desánimo, falta de voluntad y hasta puede provocar malestares y dolencias físicas.
Esta emoción aparece en respuesta a un estímulo externo, por ejemplo, una situación determinada que nos hace mal. También puede venir dada por un estímulo interno, por ejemplo, recordar un momento que nos genera malestar, o imaginarnos o suponer cosas que nos incomoden o entristezcan.
Es bueno ser consciente de que las emociones son relativamente cortas, pasajeras, duran de minutos a tres días aproximadamente y suelen somatizarse en el cuello.
Si las emociones, en este caso la tristeza, tienden a perdurar en el tiempo es porque se van encajando, van bajando a la zona del pecho, transformándose en un sentimiento: la pena.
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Los sentimientos son totalmente naturales en el ser humano y constituyen nuestro mundo afectivo; son la forma de relacionarse con nuestro entorno. Estamos todo el tiempo vinculándonos con los otros. Somos con y a partir de ellos. Venimos al mundo a aprender de los otros y ellos, de nosotros. Cómo administramos nuestros sentimientos y emociones, va a depender nuestro estado de felicidad en la vida. Y el Yoga es un sistema de administración de energía, de nuestro físico, de nuestra mente, y de nuestras emociones y sentires, de nuestra percepción, atención y conciencia.
Por eso resulta crucial que le dediquemos un tiempo y energía de nuestra vida a observarnos, a percibir lo que nos sucede con nosotros mismos y con los demás. Saber reconocer que estamos tristes o apenados; no evadir, registrar y aceptar nuestro sentir es el primer paso. Luego se trata de empezar a desmenuzar la tristeza. Es decir, trabajar en descubrir la raíz y reflexionar sobre “los para qué” llegó la tristeza. Incluso mucho más que “el por qué”.
La vida es una escuela de aprendizaje y si tenemos una emoción que nos está golpeando la puerta de nuestra casa, tenemos que abrirle, dejarla pasar, conversar con ella, entender para qué vino.
Cuando empezamos a descifrar esos mensajes de aprendizaje, todo se hace más liviano y se empieza a observar con claridad. Podemos empezar a cambiar nuestra manera de pensar y a accionar frente a ese problema que nos aqueja, y entonces así, la tristeza empieza a disolverse. Esto lo podemos hacer con un terapeuta o persona afín, o un amigo que tenga una visión consciente que nos aporte a nuestra evolución y no que nos quiera decir lo que tenemos que hacer, ni mucho menos echar leña al fuego.
Después de ocuparnos de desmenuzarla un rato, tenemos que encajonarla. Sí, sí, guardarla un rato. Porque la vida continúa; no es sólo esa situación que nos provoca tristeza. Tiene un montón de componentes más y muy interesantes. Entonces guardamos nuestra tristeza o pena. Hay que aprender a manejar a la mente y no dejar que esté siempre merodeando la cuestión que nos afecta porque si no ella toma el control sobre nosotros. Y entonces ahí, perdimos.
El yoga como herramienta para transitar las emociones
Encajonamos entonces; y es ahí donde recurrimos a dos técnicas imprescindibles del Yoga: la Relajación y la Meditación. A veces una, a veces otra, o ambas. Tomar clases o ir a encuentros de meditación sería lo ideal pero también puedes hacerlo tú mismo en tu casa si vas aprendiendo algunas técnicas y herramientas como las respiraciones básicas del Yoga, Savasana (la asana para relajación), una serie de respiraciones para abrir nuestros canales de energía, pranayamas, bandhas, mantras (repetición y canto), manejo y dirección de nuestra energía para abrir y armonizar nuestros chakras, contemplaciones, visualizaciones.
Lo más importante para que salgamos lo más beneficiados posible y lo menos dolidos de las situaciones difíciles que lógicamente tiene la vida, es que aprendamos a entrar y salir del problema que nos aqueja. Desmenuzarlo, encajonarlo, volver a desmenuzarlo… Darle un tiempo a cada cosa.
Cuando está encajonado, nos tomamos momentos de relajación y de meditación. Ésta es, sin dudas, la mejor manera de convivir con la pena. Será sólo un tiempo, con calma, sabiamente, siendo conscientes de que es transitoria (eso da más serenidad aún). Y un día… Un día, simplemente se va. Cuando se comprende, se va. Cuando nos damos cuenta aquello que nos vino a enseñar, cuando logramos cambiar el patrón de conducta y acción frente a ese problema, ya no tenemos más ese problema… Entonces la pena se retira… Le abrimos la puerta, ya conversamos y convivimos lo suficiente con ella; simplemente ya no la necesitamos más. Nunca olvides que cuando algo considerado “negativo” llega a tu vida, no lo es. No es malo. Te está marcando que es necesario auto-observarse para cambiar algo, aprender y evolucionar.
considero al yoga como un “salvavidas” en momento de inestabilidad emocional.. las secuencias, respirar, enfocarse en el interior de uno mismo, solo eso necesito para volver a enfocar en lo que realmente siento, decodificarlo y dalre curso
Me ha parecido súper interesante este artículo, sobre todo el tema de encajonar aquello que nos causa tristeza. Mi hija murió hace ya 1 año y 3 meses, y aún me encuentro en la búsqueda de una técnica que me ayude a superar esta perdida. Por lo que veo el yoga es una buena opción. Agradecida
Mariana, me alegro que te guste esa idea, forma parte de mi método de inteligencia emocional que trabajo con mis pacientes en mi terapia. Es efectiva herramienta para administrar correctamente nuestras emociones. Abrazo de luz y amor para ti
Gracias!!!, excelente artículo. He hecho un instructurado pero no lo practico. Realmente leer y acordarme me sienta bien.
Leonor, me alegro te haya encantado el artículo. Abrazo de luz y amor para ti
Hola .Me encanta la idea de aprender a entrar y salir del problema y encajonarlo para salir beneficiada .Lo bueno es que esto también aprendo a hacerlo agregando alguna de las técnicas que respiracion o relajación que ustedes me enseñan.Gracias
Todos sus artículos me encantan estoy tratando de leerlos y volver a leer estoy tratando de respirar tengo una profesora de yoga y ella me dice respira y me parese que encontré lo que me hace feliz y bien muchas gracias
Lidia, me alegro te haya gustado el artículo. Abrazo de luz y amor
Yo hace 11 meses sufrir un accidente de tráfico,por suerte estoy viva y doy gracias por ello,pero me han quedado muchas secuelas emocionales y desde entonces no soy la misma,pero desde que empecé hacer yoga hace 2 meses,empiezo haver y sentir diferente,me escucho más mi cuerpo y siento que todos mis miedos se van desapareciendo,estoy en proceso de pruebas médicas y el yoga me va muy bien para mi bien estar.
Hola Ester, siento lo que te pasó. Dentro de esos dolores y malos momentos has encontrado una buena herramienta para ti. Y eso habla de tu resiliencia y gran capacidad para salir adelante. Fuerza!! Abrazo de luz y amor para ti
Me encantó el artículo, siempre vi el yoga como una forma de canalizar emociones, también de escarvar en lo mas profund de ellas y llegar a descubrimientos maravillosos, el yoga en mi vida ha sido una herramienta fundamental para descubrir emociones, pensamientos, sentimientos que no sabia que estaban alli, a poder aceptarlos, trabajarlos, convivir con ellos en forma armoniosa
Hola Betina!! Me alegro mucho que te haya encantado el artículo y que el Yoga sea una gran herramienta para ti. Abrazo de luz y amor.