Meditación para activar la escucha del corazón y conectar con el amor incondicional

Porque cuando decidimos practicar yoga (cualquiera sea el estilo que elijamos), habitualmente lo que estamos buscando no es meramente realizar una actividad física sino algo que nos ayude a “conectar” y conocernos más profundamente.

Entonces, descubrimos que además de nuestro cuerpo físico, concreto y tangible, existen otros cuerpos como el emocional, el mental y el energético, más sutiles. Y todos estos aspectos están unidos en nosotros. Ninguna parte actúa sin afectar a otra. Si me siento triste por alguna pérdida, tendré sensaciones en el cuerpo, como el pecho cerrado o el famoso “nudo en la garganta” sumado a pensamientos dolorosos. Así como también, si me siento alegre, mi postura corporal será más abierta, la sonrisa orgánica y posiblemente mis pensamientos también serán más bien positivos. Esto es algo que todos podemos experimentar y registrar en la medida en que seamos conscientes de lo que nos pasa.

Cuando nos adentramos en el estudio del yoga, entre muchas otras enseñanzas, nos encontramos con los Chakras. Éstos son centros de energía, distribuidos a lo largo de la columna, que se vinculan con determinadas partes del cuerpo físico, con el sistema glandular y con diversas áreas de nuestra vida.

En esta ocasión quisiera deternerme en el Chakra Cardíaco, que se sitúa en el centro del pecho, se relaciona con el corazón y la glándula timo. Es donde reside el amor incondicional y nuestra verdadera identidad. Esa parte nuestra profunda, ese Ser más puro y auténtico. Te propondré, además, un ejercicio de meditación para activar el chakra corazón, y ayudarte, así, a conectarte con su energía. 

Entre el cielo y la tierra, el corazón

“Siempre es bueno recordar dónde reside nuestra verdad, cuál es nuestro centro donde tenemos las respuestas a todo lo que nos inquieta y donde se encuentra nuestra alma.

En el cielo está la mente, la intuición, la comunicación (los chakras superiores). Allí podemos crear, visualizar, percibir, comunicar nuestros deseos, armar planes…

En la tierra están los instintos básicos, la sexualidad, la voluntad de acción (los chakras inferiores). Acá es donde todo aquello del cielo lo podemos llevar a cabo, traerlo a la “realidad”, manifestar nuestros sueños y proyectos en la materia…

Ahora bien, si el cielo y la tierra no pasan y se unen en el corazón, entonces estaremos viviendo una vida ilusoria, donde la “Verdad” no tiene mucho lugar. Donde elegimos por conveniencia o por razones que nos da la mente que tiene miles de excusas para justificar todo lo que hacemos o dejamos de hacer.

Sin embargo, en el corazón no hay dudas, no hay vueltas. Solo hay AMOR y CERTEZAS. Ahí sabemos qué es lo mejor para nosotros, cuál es nuestro camino para transitar, cuál es nuestra Verdadera Identidad. Alinearnos suele ser un desafío. Aprender a escuchar el corazón es un arte diario. De lo que sí puedo dar fe, es que cuando la Tierra y el Cielo se juntan en el medio del pecho, la magia del Universo se manifiesta y nuestra vida se vuelve brillante como un diamante pulido” (fragmento de mi libro “Crecer Amando”). 

Emociones que nacen del amor y emociones que nacen del miedo

Según cómo estamos vibrando, sentiremos unas u otras emociones. Podemos definir dos grandes grupos: Emociones que nacen del AMOR y emociones que nacen del MIEDO.

Cuando vibramos en amor, la alegría, la calma, la paz y todas sensaciones de bienestar se hacen presentes. Por el contrario, cuando vibramos en miedo, el enojo, la ansiedad, la tristeza, entre otras, son las emociones que experimentamos.

Me parece importante destacar que ninguna emoción es buena o mala ni debemos rechazar ningún estado, porque en tanto humanos que somos, todas las emociones son parte de nuestro camino y aprendizaje. Lo que nos permite reconocer y aceptar nuestras emociones es la posibilidad de elegir transformarlas y aprender de cada una de ellas.

Cuando hablamos de que el yoga es un camino de autoconocimiento, lo que buscamos es ir descubriendo nuestras propias verdades que nos llevarán a las mejores elecciones para cada uno de nosotros. No se trata de recibir recetas mágicas y absolutas, pues éstas no creo que existan. Más bien se trata de ir delineando nuestro propio camino en la medida que avanzamos y aprendemos a escucharnos. Podemos adquirir técnicas, recibir guías, escuchar experiencias, pero siempre nuestras respuestas estarán adentro.

La meditación como herramienta

La meditación es una gran herramienta para poder ir agudizando nuestros sentidos y poder conectar con esa verdad que mencionaba. En general, cuando tomamos decisiones con el corazón no hay dudas. La sensación en el cuerpo es clara, sentimos que “es lo correcto” más allá de toda opinión ajena.

Sin embargo, para poder acceder a este espacio interno, muchas veces tenemos que des-andar caminos y creencias que hemos construido a lo largo de nuestra crianza, nuestra educación, por mandatos sociales y tantos juicios externos que nos han condicionado a creer y crear, muchas veces desde el miedo.

Por eso, la invitación es a practicar una meditación para activar el chakra corazón con la intención de aprender a escucharnos, de conectar con el amor propio en primerísima instancia para poder día a día ir creando una versión cada vez más auténtica y más verdadera de nosotros mismos.

Práctica de Kundalini: “Meditación para un corazón en calma”

Te propongo un acercamiento para poder vivenciar estas palabras que lees, realizando una meditación para activar el chakra corazón.

Siéntate en una postura fácil con la columna vertebral recta. Cierra los ojos. Coloca la mano izquierda sobre el corazón, en el centro del pecho. La palma debe estar plana contra el pecho y los dedos, paralelos al suelo, apuntando hacia la derecha.

Haz Gian Mudra con la mano derecha (toca la yema del dedo índice con la yema del pulgar). Levanta la mano derecha al nivel del hombro, con la palma hacia adelante y los otros tres dedos apuntando hacia arriba. El codo debe quedar relajado, cerca del tórax, con el antebrazo perpendicular al suelo. Concéntrate en el flujo de la respiración.

Inhala lenta y profundamente a través de ambas fosas nasales. Luego mantén la respiración dentro y suspende el pecho. Retenla lo máximo posible. Luego exhala lenta y completamente.

Con los pulmones sin aire, vuelve a retener lo que sea posible para ti. Sigue con este ritmo 3 minutos para comenzar, y hasta 31 minutos en prácticas más avanzadas. Luego, inhala y exhala fuerte tres veces. Relájate.

Comentarios sobre el ejercicio

El hogar justo de la fuerza vital (Prana) está en los pulmones y el corazón. La palma de la mano izquierda está colocada en su hogar natural del Prana. Crea una quietud profunda en este punto. La mano derecha te pone en acción y análisis, y está colocada en un Mudra receptivo y en posición de la paz.

La postura induce a un sentimiento de tranquilidad. Técnicamente se crea un punto de calma para el prana en el centro del corazón. Emocionalmente, aclara las relaciones contigo mismo y los demás. Físicamente, reforzará los pulmones y el corazón.

La importancia de los maestros

“Los maestros son simplemente faros que traen luz para iluminar y ayudarnos a transitar con mayor claridad el camino. Podemos escucharlos, observarlos, tomar sus experiencias para nutrirnos. Sin embargo, la transformación personal e iluminación, está en nuestro propio camino y vivencia.

Las puertas están ahí. De nosotros depende abrirlas y entrar. Los maestros están en nuestra vida a cada paso. Cada persona es nuestro maestro, así como nosotros lo somos también. Se trata de un continuo aprendizaje que en la medida que avanzamos, nos llevará a nuevos estados de conciencia, con más claridad, con más sabiduría y principalmente con más amor” (fragmento de mi libro “Crecer Amando”). 

Con esta vocación, y siempre dispuesta a ser aprendiendo, te invito a conocerme y participar de mis clases.

¡Te espero!