Posturas de Yoga para mejorar la circulación

5 Posturas de Yoga para mejorar la circulación

La mala circulación puede causar todo tipo de problemas e incomodidades en el cuerpo, como retención de líquidos e hinchazón de las extremidades. ¿Quién no ha sufrido con sus zapatos al final de un día agotador? Sin embargo, el problema va mucho más allá de lo cosmético o de la simple incomodidad. A causa de una circulación pobre podemos sufrir de falta de energía, varices, sensación de hormigueos en manos y pies, entre otras consecuencias.

Si bien existen causas para la mala circulación que requieren tratamientos más específicos, el ejercicio físico es una excelente herramienta para mejorar el problema en muchos casos. Las técnicas de relajación, estiramiento, torsión y respiración profunda utilizadas en la práctica de yoga tienen un impacto positivo en el corazón y en su función de bombeo de la sangre.

Elegimos 5 Posturas de Yoga ideales para mejorar la circulación. ¡Sigue leyendo y conócelas!

Posturas de Yoga para mejorar la circulación
Posturas de Yoga para mejorar la circulación

En general, las Posturas de inversión son ideales para los problemas de circulación, sobre todo aquellos relacionados a los miembros inferiores. Al elevar las piernas, estás dejando que la gravedad haga el trabajo, descomprimiendo zonas problemáticas como los tobillos. Por eso incluímos dos asanas de este tipo en esta lista (Sirsasana y Viparita Karani), pero puedes reemplazarlas por tu asana invertida favorita.

Las demás posturas que integran esta lista son sumamente amigables y accesibles para principiantes, pero no por eso menos beneficiosas. ¡Anímate a practicarlas!

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1. Gato/Vaca

Las posturas del Gato y la Vaca, realizadas en sucesión, son ideales para despertar el cuerpo de una forma suave, además de brindar un agradable masaje a la espalda y la columna.

Comienza en cuatro apoyos, con tus rodillas y manos firmemente plantadas sobre tu mat. Abre bien los dedos, de modo que sientas bien el contacto con el suelo y puedas establecer una base firme. Antes de empezar, alíneate bien: las rodillas deben quedar a la altura de las caderas, mientras que las manos se plantan justo por debajo de los hombros, con los brazos de forma perpendicular al piso. En este punto, la cabeza se encuentra en posición neutral: el cuello continua la línea de la columna y la mirada se dirige hacia hacia el piso.

La pose del gato y la vaca
La pose del gato y la vaca

Desde este lugar, comienza a arquear y elevar tu espalda. Naturalmente, tendrás que estirar más los brazos y agachar la cabeza, llevando la mirada hacia tu centro. Esta es la Postura del Gato, y nos recuerda a la forma que adoptan los felinos al “erizarse”, cuando se sienten amenazados o simplemente cuando desperezan su cuerpo al despertar. A continuación, realiza la Postura de la Vaca: pasando por la posición neutral en el centro, comienza a elevar la región de la pelvis y el techo, llevando la cabeza y la mirada hacia arriba. Deja caer tu abdomen.

Puedes realizar esta secuencia cuantas veces quieras, a tu ritmo y acompañándola con la respiración. Es ideal para empezar una pequeña rutina para favorecer la circulación, ya que se trata de movimientos suaves, pero que sirven para activar los órganos internos y encender tu flujo de energía.

2. Viparita Karani

Viparita Karani, una postura de inversión restaurativa
Viparita Karani, una postura de inversión restaurativa

Esta maravillosa postura restaurativa es una inversión amigable para cualquier yogui, inclusive los más principiantes. Incluso si nunca practicaste yoga, puedes haberte topado con la variación más habitual de Viparita Karani a modo de consejo de madres o abuelas: coloca tus piernas contra la pared para invertir el flujo de sangre y calmar tus piernas cansadas o hinchadas.

Efectivamente, Viparita Karani es una forma suave y sencilla de realizar un pequeño drenaje linfático de piernas y tobillos.

Para realizarla, te recomendamos ayudarte de algún elemento para apoyar la espalda baja, tal como una almohada pequeña, o una manta doblada. Siéntate de lado sobre el elemento, acercando lo más que puedas la cadera a la pared. Comienza a recostarte suavemente, con ayuda de tus brazos, acomodándote para llegar a apoyar la espalda sobre el mat. Así, tus caderas quedarán a la distancia apropiada de la pared. Puedes realizar este movimiento con las piernas flexionadas para luego estirarlas lentamente contra la pared.

3. Triángulo

Pose del triángulo
Pose del triángulo

La Postura del Triángulo es una asana sumamente completa, ya que involucra a todo el cuerpo en una torsión que nos ayuda a estirar los músculos y liberar tensiones. Pero además, esta postura genera una gran apertura de la zona del pecho, el órgano vital de la circulación: el corazón. También es excelente para los pulmones, lo cual ayuda a la respiración y la oxigenación de la sangre.

Para realizarla, céntrate primero en Tadasana y luego separa bien los pies. Estira los brazos hacia los lados, sintiendo la separación en los omóplatos y con las palmas mirando hacia el suelo. Rota ligeramente los pies y alinea los talones. Lentamente, comienza a bajar el cuerpo hacia un lado, flexionando desde la cadera, no desde la cintura. Busca tocar el suelo con la mano, pero si te resulta imposible, puedes anclarte sobre tu pierna. Concéntrate en la acción de las fuerzas opuestas: con los pies buscas afirmarte cada vez más en el suelo, mientras que el brazo que está extendido hacia arriba se estira como si quisiera tocar el techo.

Ver más sobre la postura del triángulo

4. Adho Mukha Svanasana

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Adho Mukha Svanasana, el perro cabeza abajo, es otra postura sumamente completa que involucra a todo el cuerpo. Estimula la circulación hacia el cerebro, por tratarse de una postura donde el corazón se encuentra por encima de la cabeza, tal como en las inversiones. El resto del cuerpo también se beneficia de la irrigación de sangre que se da mientras se trabajan los músculos y la capacidad pulmonar.

Desde una posición de cuatro apoyos en el suelo, comienza a empujar hacia arriba desde el pubis y hacia atrás desde la parte posterior de los muslos. Los talones buscan llegar al suelo y las manos se plantan firmemente, pero presionando hacia arriba, como si quisieras tomar distancia de tu mat sin despegarte de él. Siente como los omóplatos se afirman y se amplian en tu espalda. A medida que te encuentras con la postura, comenzarás a sentir la energía que irradia desde el corazón, y desde tus puntos de apoyo, subiendo por las muñecas y los talones para extenderse por todo el cuerpo.

Si quieres conocer todos los beneficios, contraindicaciones, y consejos para realizar la Postura del Perro Cabeza Abajo, puedes entrar a nuestra guía haciendo clic aquí.

5. Salamba Sirsasana

Sirsasana, la reina de las asanas
Sirsasana, la reina de las asanas

Como ya mencionábamos, toda postura que involucre un cambio en la posición normal del corazón con respecto a la cabeza es buena para favorecer la circulación. Por eso, cualquier postura de inversión podría ocupar este puesto, pero, de ser posible, ¿por qué no realizar la Reina de las Asanas?

En Sirsasana, invertimos completamente la posición natural del cuerpo, entrando en contacto con el piso con la cabeza, soportando el peso con los antebrazos. El flujo de sangre en esta postura favorece particularmente el funcionamiento de las glándulas pituitaria y pineal.

Comienza arrodillado en el piso. Apoya tus codos y antebrazos y entrelaza los dedos para formar la base triangular. Apoya la coronilla de tu cabeza, utilizando las manos como contención. Despega las rodillas del suelo y camina con los pies hasta formar una “V” invertida. Exhala y eleva las piernas. Puedes hacerlo con las piernas flexionadas y estirarlas una vez hayas encontrado el equilibrio. Desde allí, presiona desde los talones, como si quisieras empujar el techo.

Sirsasana es una postura de nivel intermedio. Se recomienda que se practique bajo supervisión de un guía experimentado, y siempre con mucho cuidado y respeto por tu cuerpo. Puedes leer la guía completa aquí.

Para finalizar

Finaliza esta pequeña rutina con una postura de descanso de tu preferencia. De esta manera, tu ritmo cardíaco pasará a la calma y podrás registrar su efecto y la energía revitalizante de las posturas que acabas de realizar.

Recomendamos Savasana, ya que el cuerpo se entrega por completo y te permite llevar a cabo un “inventario mental” de todo tu cuerpo. Sin embargo, si lo prefieres puedes descansar en Balasana, la postura del niño, o en la postura fácil, por ejemplo.

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