“El cuerpo es la metáfora raigal de nuestra vida y la expresión de nuestra existencia. Es nuestra Biblia, nuestra enciclopedia, la historia de nuestra vida. Todo lo que nos sucede queda registrado en él y por él es reflejado. El cuerpo sabe, el cuerpo dice. La relación entre el yo y el cuerpo es indivisible, insoslayable, inevitable. En el matrimonio entre carne y espíritu, el divorcio es imposible, si bien esto no significa necesariamente que el matrimonio sea feliz o bien llevado”
Gabrielle Roth
¿Qué es el masaje?
El masaje es una manipulación que combina maniobras aplicadas al cuerpo con el objetivo de afectar al sistema nervioso, circulatorio y muscular.
Es una de las técnicas más antiguas de curación. Desde el principio de los tiempos humanos sobre este planeta, las personas han usado sus manos para aportar ayuda, para aliviar dolores en otros.
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¿Qué caracteriza al masaje terapéutico californiano?
El masaje californiano, o masaje sensitivo tiene sus raíces en el masaje Esalen, que naciera en el Instituto Esalen de California en los años 60. Cuando se iniciaba lo que se llamó Movimiento de Potencial Humano, del cual forma parte la psicología humanista.
Puede decirse que el masaje californiano reúne aspectos occidentales de trabajo muscular y circulatorio, con conceptos orientales vinculados con los centros nerviosos y la circulación de energía entre el emisor y el receptor.
Características
- Es un masaje aplicado en forma sensitiva con distintos grados de lentitud, a fin de facilitar una más profunda distensión.
- El emisor del masaje entiende el cuerpo humano como una compleja unidad física, mental, emocional y social.
- Casi no hay interrupción del contacto durante una sesión, a fin de evitar que se entorpezca la sutil relación que se establece desde los primeros momentos del masaje.
- Las diferentes partes de quien recibe el masaje quedan unificadas por toques globalizadores e integradores.
- El cuidado y la atención prestados a la armonía y fluidez, a no entorpecer el contacto, los pases unificadores, el silencio, el ritmo, la circulación energética, facilitan a quien lo recibe el descubrimiento o incremento de conciencia de su esquema corporal, junto al aumento de sensibilidad y capacidad de percepción a niveles internos y externos, lo cual redunda en un mejor contacto consigo mismo y el mundo.
- Es un masaje profundo, correctivo. Si bien cualquier tipo de masaje tiene que ser relajante para ser considerado masaje, el californiano cumple además con otras necesidades. Nunca la persona se va simplemente relajada. Hay un antes y un después que impacta sobre el cuerpo aportando un verdadero alivio. Y es precisamente la lentitud lo que permite ese nivel de profundidad sin lastimar.
¿Cuáles son sus ventajas?
Desde el punto de vista fisiológico
1) Efectos mecánicos:
El primer efecto es el drenaje, pues favorece el retorno de las circulaciones venosa y linfática hacia el corazón. Esto permite una afluencia de sangre fresca que produce una mejor irrigación de los tejidos y un mejor aprovisionamiento de alimento y oxígeno para los músculos
2) Efectos bioquímicos:
Bajo los efectos del masaje se produce una modificación de los tejidos a tres niveles:
- El tejido conjuntivo adquiere una flexibilidad mucho mayor
- Las producciones hormonales cambian bajo el efecto del masaje
- Por su acción superficial, activa los mecanismos de asimilación y eliminación de la piel.
3) Efectos nerviosos:
A nivel de la piel existe una gran cantidad de receptores nerviosos. El masaje provoca una sedación, disminuye el estrés y el efecto retroactivo sobre el sistema nervioso central desencadena una respiración más profunda y lenta y la reducción de la frecuencia cardíaca.
En el campo energético
En nuestro cuerpo existen canales por donde circula la energía y los músculos endurecidos y acortados a menudo hacen de dique de contención, aprisionándola, incluso secuestrándola. El masaje moviliza esa energía y también suele reactivar la tensión psíquica concentrada en esas zonas afectadas.
En el campo psicológico
El masaje permite una toma de conciencia de zonas no reconocidas del propio cuerpo y de hechos pasados en la vida de la persona que tienen relación con la formación de la traba y que a veces surgen a la memoria en el momento en que se está manipulando la región correspondiente del cuerpo.
El masaje forma parte de la cultura de la prevención, es valorar la salud sobre la enfermedad. Es aprender a decodificar las señales del cuerpo, sus sensaciones, sus límites. Fortalecer la relación con uno mismo y enriquecer el vínculo con el otro y con el mundo. Es integración, es tomar conciencia.
Pero esto sólo puede vivenciarse. A ningún otro tema se puede aplicar con más acierto lo que escribió Alan Watts: “No hay más que la experiencia”
¿Quiénes pueden recibir un masaje?
Cualquier persona puede recibir masajes, niños, ancianos, etc. Está contraindicado, ya sea en todo el cuerpo o evitando la zona afectada en caso de estados febriles, infecciosos, inflamatorios, erupciones cutáneas, tumores, cálculos, varices.
En el caso de embarazadas el masaje tiene innumerables beneficios para esta etapa de tantas transformaciones, como:
- Aumento de la circulación sanguínea y linfática, incrementando la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan a las células tanto de la madre como del niño, reduciendo edemas y contribuyendo a la sedación del sistema nervioso simpático.
- Reducción de posibilidades de hinchazones, problemas con varices y calambres.
- Ayuda a mantener la elasticidad de la piel aligerando los problemas de estrías.
- Asiste a manejar problemas digestivos como constipación, nauseas, gases e indigestión.
- Alienta y facilita la respiración profunda.
- Reduce y alivia el dolor articular causados por el aumento de peso.
- Reduce el estrés y promueve la relajación.
Pero es importante que sea un masaje específico para embarazadas. No cualquier masaje es conveniente porque hay contraindicaciones específicas y un modo diferente de practicarlo.
¿Qué cambió el masaje en mi vida?
En mi historia personal el masaje llega como una de las herramientas que tenía que explorar en mi formación como coordinadora de grupos en técnicas psicocorporales. No me simpatizaba demasiado la idea de tener que aprender a hacer masajes, así que al principio lo viví como una imposición de la carrera. Gradualmente descubrí que me fascinaba el mundo en el que estaba incursionando. Aquel era un masaje circulatorio. Luego quise incorporar algún tipo de técnica que me permitiera trabajar con embarazadas ya que estaba haciendo la formación como instructora de yoga para embarazadas y preparación para el parto, así descubrí el Masaje Californiano y me enamoré. Mi vida cambió por completo.
Me di cuenta que somos huérfanos, que tenemos la piel hambrienta de contacto contenedor, amoroso. Que sólo tocamos con un poco más de ternura a nuestros hijos mientras son chicos o a nuestra pareja sexual, pero aún así son contactos breves, prudentes, o con un fin específico como cuando está enmarcado en el juego erótico.
Que vivimos temerosos de tocar, que al entrar a un ascensor nos encogemos, que al abrazar sólo lo hacemos con los brazos apartando el cuerpo, que no tocamos a nuestros padres a veces hasta el día en que tenemos que despedirlos, a nuestros amigos, a nuestros hijos cuando crecen.
El masaje, fundamentalmente el masaje californiano, me dio la libertad de animarme al contacto, de disfrutar de ese tocar con respeto, pero sin temor, de sentir la enorme satisfacción de llevar alivio con mi toque, pero al mismo tiempo de llevarme alivio tocando.
El masaje no es unidireccional
Cuando doy un masaje también estoy recibiendo. La piel no es frontera. La energía circula entre quien da y quien recibe y cuando se maneja bien la técnica se relaja tanto el terapeuta como el paciente.
Por eso, al ver salir a dos personas de una sesión de masaje californiano es difícil distinguir quién recibió y quién dio. Ambas caras expresan un estado parecido, algo que yo calificaría como “beatitud”. Pero para que eso suceda es indispensable que el masoterapeuta nunca pierda la capacidad de asombro, esa posibilidad de deslumbrarse ante la magia y la perfección del cuerpo humano (y entiéndase por cuerpo no sólo el cuerpo físico), que cada masaje se transforme en una experiencia sagrada y nunca deje de sentirse honrado por la confianza que el paciente deposita en sus manos.
Y el masaje californiano es la mejor herramienta para transformar una sesión terapéutica en ese ritual de amor, respeto y sanación.
El masaje californiano es una meditación conjunta entre quien lo da y quien lo recibe.
Es hermoso verte dar un masaje recuerda en mi los mejores momentos me formé en Oasis y fue mi realización desde el alma.