Los Sonidos Ancestrales como herramienta de sanación

Muchas culturas reconocen la importancia de la música y del sonido como poder sanador. En la antigua civilización de la India, el Oriente, Europa y entre los originarios americanos, la práctica del uso del sonido, para sanar y lograr la armonía desde el interior, ha existido durante muchos años.

Los tibetanos aún utilizan campanas, campanillas, cuencos y voces como la base de su práctica espiritual. En Bali, Indonesia, los cuencos, gongs y tambores se utilizan en ceremonias para elevar y enviar mensajes. Los originarios australianos y los chamanistas estadounidenses nativos utilizan las voces y vibraciones de sonido repetitivas junto con instrumentos creados con elementos de la naturaleza, en ceremonias sagradas para corregir el desequilibrio del espíritu. Los sacerdotes del antiguo Egipto, por su parte, también sabían cómo utilizar los sonidos de las vocales para hacer resonar sus centros energéticos o chakras.

La sanación mediante los sonidos se remonta al menos hasta Atlantis, donde el poder sonoro del sonido se combinó con el del cristal. Esta técnica parece ser muy antigua y se basa en la existencia de un vínculo directo entre las diferentes partes del cuerpo y ciertos sonidos.

Medicina vibracional

En nuestras sesiones, los sonidos ancestrales de los instrumentos utilizados constituyen una forma de medicina vibracional, que prueba que todo en el universo está en un estado de vibración.

La frecuencia a la cual un objeto o una persona vibra más comúnmente se llama resonancia. Los chakras, huesos, y órganos del cuerpo poseen una frecuencia de resonancia diferente. Cuando un órgano o una parte del cuerpo están vibrando desequilibradamente, se lo llama “malestar” o enfermedad. Un cuerpo está saludable cuando cada célula y cada órgano producen una resonancia que está en armonía con todo ese ser.

La medicina vibracional se basa en la idea de que el malestar o la enfermedad se caracteriza por el bloqueo de los canales en algún nivel, ya sea en nadis (canales del cuerpo sutil), arterias, venas o nervios. Cuando hay un bloqueo, el órgano en cuestión deja de vibrar a una frecuencia sana y por lo tanto resulta en un tipo de enfermedad. Así que, a través del sonido, uno puede romper, disolver y eliminar estos bloqueos que se inician en la luz o cuerpo etérico.

El ultrasonido, por ejemplo, se ha utilizado medicinalmente durante casi dos décadas como herramienta de diagnóstico por pediatras mientras el bebé se encuentra en la etapa fetal más temprana. Más recientemente, el ultrasonido se ha utilizado para limpiar arterias tapadas.

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Color y sonido para sanar

Los sonidos y la música de los instrumentos emiten un patrón holográfico de luz radiante que corresponde a la nota octava en nuestro cuerpo etérico. Como el sonido puede traducirse en color, el cuerpo puede ser apreciado como frecuencias visibles que producen un campo de aura de color que refleja estados emocionales de conciencia y, por lo tanto, el estado psicológico. La Fotografía Kirlian ya ha demostrado esto. El espectro visual tiene, por lo tanto, la misma frecuencia que el espectro auditivo. Los cuencos afinados por chakra utilizan colores específicos que los complementan: cada color se relaciona con un centro físico individual.

El tono de los cuencos produce un campo de sonido vibracional que resuena en el chakra del cuerpo liviano y el área del cuerpo correspondiente. Una sesión de terapia de sonidos ancestrales facilita el equilibrio de cada receptor de vuelta a un nivel elevado de brillo etérico.

A través de la resonancia, como el sonido afecta la actividad de las frecuencias del cerebro, uno puede viajar a un estado alterado de conciencia. Como resuenan diferentes partes del cerebro, es probable que se liberen distintas hormonas y neuroquímicos que pueden suprimir el dolor, afirmar la fuerza de voluntad en los talentos creativos propios y superar adicciones.

Eva Rudy Jansen, en su libro Singing Bowls de 1990, documentó el efecto de los Cuencos Tibetanos de metal: “Fue posible registrar las ondas producidas por los cuencos. Se descubrió que entre los patrones de ondas de diferentes cuencos existe un patrón medible que es equivalente a las ondas alfa que produce el cerebro”. Estos cuencos, en particular, instilan una sensación de relajación profunda y “espacio adentro que se abre”.

Beneficios de la terapia sonora

• A nivel terapéutico la vibración sonora armoniza cada célula en nuestro cuerpo, a nivel óseo muscular y articulatorio. Debido a que somos un 70 por ciento agua, esta misma vibra genera mandalas internos mejorando nuestra salud física, mental y emocional.
• Cada nota musical ejecutada tiene una vinculación directa con cada chakra. De manera que vibrando cada nota ayuda a alinear cada chakra, eliminar los bloqueos y las impurezas, favoreciendo la armonía y manteniendo el eje de cada uno.
• Las ondas cerebrales están vinculadas a ciclos de hertzios (hz) al igual que cada instrumento. Al ser ejecutado se vincula con esas frecuencias activando los hemisferios cerebrales y conduciéndolos a distintos estados de relajación y conciencia.
• La vibración sonora limpia nuestra aura y activa nuestros centros energéticos. Abre los canales de los mismos permitiendo que la energía fluya por todo nuestro cuerpo y órganos, generando una renovación celular completa.
• Produce calma y claridad a nivel mental y emocional.
• Disminuye dolores del cuerpo.
• Limpia y purifica la energía del cuerpo, las emociones y la mente.
• Ayuda a ver con más claridad la situación por la que se está atravesando.
• Aumenta la creatividad, concentración y capacidad de acción.
• Despierta la conciencia universal, espiritual y personal.

¿Qué es posible tratar mediante la sonoterapia?

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•  Estados de depresión y angustia.
• Contracturas musculares.
• Desequilibrios psicológicos.
• El estrés y la ansiedad.
• Dolores de cabeza.
• Estados de ánimo.
• Aumento de defensas del organismo.
• Estabilidad mental y emocional.
• Aumento de auto confianza.
• Controla los estados de insomnio e hiperactividad.
• Equilibrio del cuerpo físico, emocional, mental y espiritual.
• Enraizamiento planetario y personal.